Por: Ana
Tello (*)
Universidad de Carabobo
¿Qué es el amor?
Es un
sentimiento caracterizado por ser muy
amplio, diverso y cambiante, de allí la dificultad para definirlo con precisión
y la necesidad de fragmentarlo para lograr conceptos en los que la mayoría pudiera
estar de acuerdo.
Por eso
este espacio será dedicado al amor sexual porque el amor nace del sexo, es una
consecuencia de las transformaciones que ha enfrentado el sexo desde su origen
como única forma de supervivencia y perpetuación de la especie. Al inicio de la
vida humana o cuando apareció el primer hombre necesariamente apareció la
primera mujer y desconozco si fue a fuerza de garrotazos pero unieron sus
cuerpos y a partir de allí ya somos como siete mil millones de personas.
El sexo debe
incluirse en la lista de los órganos más importantes del cuerpo, gracias a sus
buenos oficios estamos aquí, ni más ni menos. Si al inicio de la vida había que
caerse a garrotazos para copular un rato, esa conducta ha ido cambiando a
medida que los seres humanos han evolucionado; lo que al principio podía
llamarse conducta instintiva o animal ahora se llama conducta amorosa.
Si nos
enfocamos en lo meramente biológico, lo
que a veces se define como amor, parece ser un medio para la
supervivencia de los individuos y de la especie. Si la supervivencia es el fin
biológico más importante, es lógico que la especie humana le confiera al amor
un sentido muy elevado y trascendente (lo cual contribuye a la supervivencia). Entonces
desde el modelo biologicista el amor se incluye dentro del grupo de los
impulsos o necesidades de los seres vivos, como el hambre y la sed.
¿Cómo discutir esa afirmación?
La sed
o el hambre que no se satisface nos enferma, igual pasa con el sexo. Que lance
la primera piedra aquel que nunca haya sufrido un dolor de... testículos o
aquella que nunca le haya dolido el vientre sin explicación. Esos dolores no
son más que la expresión de la inflamación de los testículos (orquitis) o de
los ovarios (ooforitis) debido a deseos sexuales reprimidos o interrumpidos.
De
allí que, cuando hay hambre se busca comida, cuando hay sed se busca agua y cuando
hay ganas buscamos pareja. A diferencia de lo mecánico y rudimentario del
asunto al inicio de los tiempos, ahora hay que hacer y sentir (a veces padecer)
una serie de procesos que al final se engloban dentro del concepto de amor. Y
aquí nos devolvimos al principio, cuando intentaba definir el concepto de amor
pero ya a estas alturas me atrevo a
expresar mi concepto de amor como un proceso dinámico donde interactúan dos
personas diferentes: un hombre y una mujer.
Repito,
me dedicaré solo al amor sexual y específicamente al heterosexual, sin que ello
signifique que no exista o que menosprecie al amor homosexual, por ejemplo,
pero es imposible tratar de abarcar tanto en un solo momento.
¿Cómo se desencadena el proceso amoroso sexual?
Mucho
se ha dicho, escrito, estudiado, discutido sobre la serie de reacciones que se
producen en presencia del amor donde intervienen el cerebro, las hormonas y los
genitales básicamente. Todos esos eventos han sido comprobados científicamente aunque
hay que acotar que la participación de estos tres grupos de elementos nombrados
anteriormente varía constantemente a medida que el amor avanza por sus tres
etapas principales; la lujuria, la atracción y el apego, según la investigadora
Helen Fisher.
La
lujuria o impulso o deseo sexual, aquí actúan las hormonas sexuales estrógenos
y testosterona, siendo esta la última la protagonista; esta etapa es de corta
duración, semanas o meses y corresponde al momento de la búsqueda de pareja.
La
atracción o enamoramiento, es cuando se selecciona a una persona como el centro
de la atención, con quien se prefiere tener actividad sexual. La hormona que
interviene en esta etapa es la dopamina aunque también están las feromonas,
norepinefrina y serotonina. Es la responsable de las palpitaciones, mariposas
en el estómago, pérdida de apetito. Dura en promedio 18 meses
El
apego, es el cariño que se siente por esa persona con la que se comparten
responsabilidades. Las hormonas responsables son la oxitocina y la vasopresina.
Esta etapa es de larga duración e incluso puede mantenerse toda la vida.
En
todas las etapas el sexo tiene una participación esencial, si bien no es lo
único, es parte importantísima de toda relación entre la pareja y muchas veces
cuando falla lo sexual se pierde la pareja y también al revés, muchas parejas
se mantienen porque disfrutan de un intercambio sexual muy satisfactorio.
Sexo, amor y ética
El sexo constituye una
fuerza irrefrenable desde siempre muy controlada, quizás sea por el temor a
volverse adicto por ser la más bella satisfacción de la que disfrutan los seres
humanos. La ruta que conduce al disfrute del amor sexual está llena de
obstáculos morales y éticos que dependen de las diferentes culturas. Es que a veces parece que el amor da al sexo una especie de cubierta
ética que hace que la vida sexual pueda vivirse sin culpas.
Al inicio de una relación se les recalca a
quienes se inician que no deben tomar o usar a la otra persona como objeto
sexual, pero
llegado el momento de la intimidad ¿quién podría afirmar si es sujeto u objeto
de deseo? ¿No se es, acaso, las dos cosas al mismo tiempo? El deseo por lo que
está por venir casi nunca se puede eliminar (por no decir nunca). Dejarse
seducir es un pasaporte a la aventura y como todo viaje a lo desconocido,
implica riesgos y limitaciones a las que se expone quien entra en el juego.
Esto es una buena táctica en aquellas parejas que sienten que la monotonía está
derrumbando su relación, el deseo es una divina sensación y no debe perderse.
El deseo aparece cuando existe incertidumbre,
descubrir los secretos que se esconden debajo de lo cotidiano es una invitación
al placer, abrirle paso a las fantasías y mandar de vacaciones a la realidad.
Todo esto es válido para mantener la chispa o recuperarla y no está reñida con
la moral ni la ética.
Amor sin sexo, sexo sin amor
Aunque
ambas situaciones van juntas debe entenderse que no son sinónimos y que muchas
veces andan bastante separadas, tampoco existe un libreto con un guión que se
debe seguir a la perfección pues mucha gente tiene actividad sexual y después
aparece el amor mientras que otros primero se enamoran y después van a lo
sexual.
En mi
experiencia profesional he comprobado lo imperativo del sexo en el
mantenimiento de la salud, muchas enfermedades aparecen como consecuencia de
fallas en el desenvolvimiento sexual, mal acoplamiento con la pareja, insatisfacción
sexual y aunque han venido a buscar mi ayuda profesional más hombres que
mujeres, ellas vienen por otros malestares que cuando se comienza a hurgar,
salen a relucir las dificultades en el sexo.
También he tenido parejas
que no se soportan pero no pueden separarse porque su forma de besar y amar son
lo máximo y otras que le dan más importancia a disfrutar juntos un atardecer
aunque buscan ayuda para ver el atardecer con los ojos cerrados y oyendo los
gemidos de su pareja. Lo importante es que cada quien se descubra y se conozca
en su sexualidad para luego conocer y comprender a su pareja, sólo de ese modo
se logrará el engranaje perfecto para alcanzar las delicias del amor sexual.
Otra situación frecuente
que me llega a consulta es la queja por la pérdida del apetito sexual,
generalmente ocurre en las mujeres, no les provoca nada y luego encuentro que
duermen en la misma cama con los hijos, pero ¡por Dios! ¿Quién va a estar
excitada sexualmente con un niño al lado? Hubo un caso tan patético donde la
pareja que vino a consulta debía dormir con los nietos mientras que los padres
de los niños estaban solos en su habitación. En estos casos los hombres vienen
por pérdida de la erección o por eyaculación precoz, ¿y como no? Si acaso se
logra algo hay que hacerlo rapidito antes que se despierte el niño pidiendo
tetero. Al final aparece el cansancio, el hastío, el fastidio y se va perdiendo
el amor pero no la capacidad de amar y entonces se empieza a volar a otro
cielo.
El sexo es muy importante
pero el amor romántico lo es más, es un impulso más fuerte que el sexual. Para
disfrutar al máximo de buen sexo debe existir amor pero para disfrutar del amor
no se necesita sexo, después de todo, si
casualmente alguien pide compañía para
compartir la cama y es rechazado, no
entra en una depresión ni comete suicidio u homicidio pero en todo el mundo la gente sufre terriblemente tras el
rechazo o el fracaso en una relación romántica.
(*) Médico Cirujano, Magister en Sexología, Especialista
en Cirugía General, Especialista en Salud Ocupacional, Especialista en Medicina
Marítima, Diplomada en Ecografía Integral. Locutora Profesional, Doctoranda en Estudios del
Trabajo.