Fragmentos de los Secretos de la Casa de Adobe, escrito por Yamile Delgado de Smith EN: Mujeres en el Mundo: Multiculturalismo, Violencia, Trabajo, Literatura y Movimientos Sociales
ISBN: 978-980-12-4591-9
Marzo de 1812
El
mes de marzo de 1812 lo recuerdo claramente porque eran vacaciones escolares en
el internado. Con los años este mes ha sido especialmente interesante porque
muchas vivencias lo han rodeado; hasta me enamoré en un mes de marzo, por
cierto, de un hombre con una rareza de combinación: inteligente y dulce.
Con
mucha alegría pasé unos días en casa de mis padres, pero también, como en todas
las vacaciones, volví a la casa de la abuela. El 13 de marzo recuerdo que
aprendí a elaborar el dulce de arroz con leche. Ese fue un día inolvidable
porque supe el secreto de familia para hacer un dulce de arroz con leche con
ese sabor tan especial e imposible de imitar por otros. Ese día era el
cumpleaños de mi abuela y comimos una torta borracha con sabor a ciruelas. Y por
supuesto, el arroz con leche que aún elaboro a las personas especiales.
Fue
un día maravilloso porque toda la familia se reunió para celebrar el cumpleaños
de mi abuela Melania. Estaba mamá (Estílita), papá (José Antonio), mis hermanos
(Yaneth, Yalitze, Yarit, Yasmin, Yalile y José Antonio), tíos y primos. Los
días siguientes trascurrieron en la cotidianidad del pueblo, casi todas las
actividades se realizaron alrededor de la plaza mayor.
Llegó
el día 26 de marzo, y de repente un ruido llegaba debajo de mis pies. Las ollas
de la cocina sonaban, el techo de “caña brava” se movía, el cielo se oscureció,
cantaban los gallos, y escuché ladrar a Canito, el perro de la casa, como
nunca. El plato con el retrato del abuelo Fermín se desprendió de la pared de
la cocina, donde estaba colgado, para salir rodando y atravesar el pueblo de
Santa Rosa. Detrás del plato, rodaba el viejo reloj en un ensordecedor ruido de
campanas y arrastrando la vitrina de mi abuela. Sufrimos un terremoto que
sacudió a todo el territorio de Zarza.
En
los siguientes siglos más nunca hubo un sacudón de tierras como éste. Todas las
casas sufrieron el inclemente movimiento de tierra, pero algo captó la atención
de todos en el pueblo: la iglesia frente a la plaza mayor estaba intacta y
dentro de ella la imagen de una virgen. Esta virgen era una Pastora rodeada de
ovejas. La gente del pueblo pensó que era un milagro…