DESIGUALDADES SOCIALES Y
VIOLENCIA
por: Yamile Delgado de Smith
La
palabra violencia indica una determinada forma de proceder que ofende y
perjudica mediante el uso excesivo de la fuerza. Connota cualquier tipo de
coacción que obliga a realizar alguna acción en contra de la voluntad. Es toda
agresión material o simbólica que afecta a las mujeres en su dignidad e
integridad moral y física. La convención Belem do Pará (1994), define la
violencia como “Cualquier acción o conducta basada en su género que causa
muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer tanto en el
ámbito público como en el privado”. A esta convención le llaman la “Joya de la
Corona” en la OEA porque es la única Convención que existe en el mundo sobre violencia contra la
mujer y ello ha significado un avance sustancial en relación a la protección de
los derechos humanos de las mujeres al reconocer la violencia contra la mujer
como un delito y una violación a los derechos humanos de las mujeres
El Comité para la Eliminación de la
Discriminación contra la Mujer (CEDAW) la precisa como “Todo acto de
violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener
como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la
mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación
arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la
privada”. Art. 1(3)
Definir
la violencia basada en género, en
opinión de Moreno y Delgado, op.cit, implica
describir una gran variedad de actos y hechos que van en contra de los derechos
de las humanas. La violencia hacia la mujer, es inseparable de la noción de
género porque se basa y se ejerce en y por la diferencia social y sexual entre
las personas. La violencia basada en género nos conduce a abordarla desde lo
individual y desde lo colectivo. Hablar de violencia hacia la mujer, es un
asunto complejo donde entran en juego una multiplicidad de factores y de
miradas. Abarca todos los actos mediante los cuales se discrimina, se ignora y
se subordina a las mujeres en los diferentes aspectos de su vida cotidiana.
Uno
de los principales efectos de la violencia de género expresados en la vida
cotidiana es el quebrantamiento de la identidad. Es la alienación del
pensamiento, lo que deviene en desestructuración psíquica, perturbando e
impidiendo reaccionar frente a la agresión. En tanto tal, imposibilita pensar
convirtiéndose en un grave obstáculo para el desarrollo económico-social;
porque inhibe el pleno desarrollo de las mujeres impactando considerablemente
en el desarrollo humano de los pueblos. Arrasa con la subjetividad, es decir,
con aquello que nos conforma como persona. Una suerte de indefensión, una
pasividad sellada por fuertes representaciones las cuales condicionan formas de
ser, de pensar y de actuar.
Sellos
arquetipales que nos construyeron como lo otro, sumisas, temerosas,
vulnerables, débiles, pasivas e indefensas. Pero también, esto ocurre por “los
anclajes que habitan en las mujeres en Venezuela y América Latina. El anclaje se da a través de situaciones que hemos vivido y que condicionan
comportamientos posteriores. Con ello, quiero significar que acojo la idea que
nuestra conducta en el presente tiene influencia en la experiencia vivida. Los anclajes
mayoritariamente presentes en los países de América Latina son: Anclaje Figura
materna; Anclaje Una tía que se encarga de la madre; Anclaje
Los hermanos en la casa de la abuela; Anclaje Religioso; Anclaje Los muertos
entre nosotros; Anclaje Figura del padre; Anclaje Espiritual; Anclaje El aula y
el Anclaje del amor”, Delgado de Smith (2010:13). En cada uno de estos anclajes,
que no son objeto de análisis en este documento, se manifiestan diversas
situaciones de la vida cotidiana que en ocasiones hacen visibles situaciones de
violencia.
Las
manifestaciones de violencia han sido una constante desde la reproducción de la
social desde épocas pretéritas. Hoy, cuando las mujeres desempeñan diversos
trabajos que las convierten en notables actoras laborales, la situación no ha
cambiado, sigue sumida en unas coordenadas de violencia que ahora involucran
tanto al compañero de vida así como también al jefe de una empresa, al vendedor
de una tienda, al chofer de un taxi, entre algunos ejemplos que pueden
exponerse.
Pareciera
que todo tiende a la consolidación de toda una cultura de la violencia hacia las
mujeres, pues como lo advierte De Freitas (2010),
Decir que
la violencia forma parte de nuestra cotidianidad social puede parecer exagerado
y, paradójicamente, al mismo tiempo resulta lugar común. Precisamente esa
cotidianidad nos impide algunas veces reconocerla, aunque sea ejercida contra
nosotros mismos, o seamos nosotros sus ejecutores, por lo que sólo una mirada
desde afuera, desde la otra orilla, por efecto, quizás, de algún otro que nos
alerte, nos permite ver su cara oculta. (p.5)
Descubrir
esa cara oculta de la violencia tal vez permita comprender que se ha
legitimizado desde siempre, es decir desde que los hombres eran los directrices
de la vida familiar desde el punto de vista de las consideraciones económicas y
de la vida sexual, hasta comprender que
hoy se sigue el mismo patrón hegemónico que obliga considerar la supremacía de
una persona sobre otra.
Referencias y documentos de lectura
Butler, Judith (1995). “Gender Trouble: Feminism and
the subversion of identity” in Routledge; Whittier, N. (Coord.) Feminist
Generations: The persistence of women’s movement. Philadelphia. Temple
University Press.
Braidotti,
Rossi (2005). Metamorfosis: hacia una teoría materialista del devenir.
Editorial Akal. Madrid.
CEPAL
(2008). ¡Ni una más! El derecho a
vivir una vida libre de violencia en América Latina y el Caribe
Convención Interamericana para Prevenir,
Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer -Convención Belem do
Pará (1994). Brasil
De
Beauvoir, Simone (1949). El Segundo Sexo.
Siglo XXI. Buenos Aires.
De
Freitas, Julio. (2010). Reconocer las violencias para no reproducirlas. Serie
Quehacer comunitario. N° 14. Caracas: Fundación Centro Gumilla.
Delgado de
Smith, Yamile (2008). El Sujeto: Los Espacios Públicos y Privados desde el
Género. Revista Estudios Culturales. Vol.1. No.2. pp: 113-126.
Delgado de
Smith, Yamile (2010). Anclajes para comprender la vida. Universidad de
Carabobo. Laboratorio de Investigación
en Estudios del Trabajo. Grupo de Investigación en Género. Valencia.
González,
María Cristina y Yamile Delgado de Smith (2007). Cotidianidad y violencia
basada en género. Claves epistemológicas. Revista Venezolana de Estudios de la
Mujer. Vol.12.No. 29 .pp:117-134
Organización
de Estados Americanos (1994). Convención Internacional para Prevenir,
Sancionar, y Erradicar la Violencia contra la Mujer, Belem do Pará. Brasil.
Organización
de Naciones Unidas (1999). Declaración sobre la Eliminación de la Violencia
contra la Mujer. Washington.
Sen, Amartya (2000). Desarrollo y libertad, Bogotá,
Planeta Colombiana editorial S.A.
Sen, Amartya (1990). “Gender and cooperative conflict”, en TINKER, Irene
(ed.), Persistent inequalities, New
York, Oxfor University Press.
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